La conjetura de un noveno planeta
Phattie
Hoy, si te dejas, te llevo de la mano a un paseo un poco lejos del sol, pasando de largo mi Marte, y luego el cinturón de Asteroides. Tiene un planeta enano, Ceres, más pequeño que la Luna, pero no es lo que ando buscando. Luego esquivo todos los planetas gaseosos. Los dos primeros, son los más grandes. Júpiter y Saturno. Luego hay dos de masa bastante pareja. Urano (cuántos chistes en inglés, madre mía) y Neptuno. Son como unas sesenta veces más grandes que la Tierra. Y cuando me voy hasta allí me he alejado del Sol 30 veces (30 UAs); la luz del astro tarda en llegar más de cuatro horas…
Después (o antes -va por rachas-) Plutón, que se tomó largo tiempo por un planeta, y que ha sido degradado. Ya no es más que un planeta B, un invitado a dar vueltas muy elípticas y excéntricas, un planeta enano… Pobre, quién te ha visto y quién te ve. Ni siquiera eres el más grande de los enanos: Eris, al doble de distancia media te supera…, sin dejar de ser otro enano.
Estos objetos situados más allá de los ocho planetas del sistema solar son legión. Entre los objetos trans-neptunianos (OTN) nos encontramos con asteroides, cometas, meteoroides, planetoides, planetas enanos… y están en el Cinturón de Kuiper, en la nubes de Oort, el Disco Disperso, o simplemente a su bola y un poco por libre (¿recordáis la Luna en “Espacio 1999”? Pues algo así.).

Hay unos cuantos OTN en el cinturón de Kuiper, y no son pocos, que tienen órbitas alrededor del sol muy excéntricas, y esto ha llamado la atención de unos seres humanos curiosos por definición y que tanto admiro: los científicos. Se han puesto a calcular y algo no les encaja. Así que, dale que te pego, se han puesto a hacer sus hipótesis. Y ésta en concreto me apasiona: sólo la existencia de un planeta 9 da sentido a estas anomalías.
Lo han llamado Phattie, así, en plan teórico. Tendría que ser como 60 Tierras, con una órbita que a veces lo acercaría a 200 UAs y otras lo llevaría a 900 UAs (¡qué frío y oscuridad!). Y no es fácil comprobar o desmentir la veracidad de estas hipótesis. Los métodos de observación, los telescopios, no están pensados para buscar objetos oscuros en la inmensidad: negro sobre negro… Están en ello. Mientras, hay algunos que piensan que podría ser un agujero negro: el colapso de una enana marrón hace más tiempo del que soy capaz de imaginar.
Así que han pedido ayuda a la comunidad de astrónomos aficionados para observar en determinada dirección y ver qué ven. Fruto de esta petición (me mola su nombre: “Backyard Worlds: Planet 9”) se han detectado 100 fríos mundos cerca del Sol. Lo de “cerca” es un decir. Se refieren a qué no están en otras estrellas, sino mucho más cerca. En tierra de nadie. Es decir, que cuando viajemos a otros mundos, a otros sistemas solares, por el camino podremos hacer escalas, para estirar un poco las piernas…
Yo siempre pensé que todo esto estaba un poco más organizado, sin tantos escombros por aquí y por allá, pero resulta que no, que cuanto más investigo más caos me encuentro, más asteriscos y notas al pie descubro… Y en este proceso, más aprendo, y más me apasiono por esa realidad que nunca veré, por la que nunca me pasearé, pero que me hace soñar y latir el corazón acelerado.
